martes, 13 de abril de 2010

-Buenos días Niita- dijo con voz aterciopelada- Que tal la mañana?- preguntó, al mismo tiempo que me empujaba suavemente hacia el instituto
-Buenos días Chard-si, me gusta más este mote que el otro- Bien, todo esta como…
- Espera- me interrumpió, poniendo su mano en mi mejilla, cogiendome un resto de comida- …- se metió el dedo en la boca- ¿chóped?
-Emm… es…si…- dije poniéndome colorada, al mismo tiempo que me colocaba algunos cabellos detrás de la oreja.
-Ah, ya entiendo- sonrió, cogiéndome algunos mechones, colocándomelos bien- Es algún tipo de mascarilla,¿no?
-…Si, claro…- suspiré- no me habré lavado bien esta mañana...- Le cogí la mano- gracias por avisarme.
-De nada. Es un placer- dijo apretando levemente la mano con la cual le tenia sujeto- Te toca historia, ¿me equivoco?
-Si, estas en lo cierto- sonreí de nuevo- A ti…mmmm- mire al cielo, quemándome los sesos- Emm… ¿Física?
-Casi…-me agarró del hombro y me besó suave en la frente- Química. Ten cuidado, ¿si? Nos veremos en el patio, ¿de acuerdo?
-Claro- saludé, mirando como se alejaba por el pasillo.

Subí las escaleras hasta el segundo piso, dirigiéndome hacia las aulas de historia, con la cabeza gacha, pasando inadvertida entré los grupos de chicos y chicas de los pasillos. Llegué justo a tiempo para poder entrar, ya que el timbre sonó justo crucé la esquina de mi clase, pero la profesora se hallaba fuera, hablando con el director.

Pasé por su espalda, saludando a la profesora con un leve movimiento de cabeza y le ví. Pelo cuidado pero alborotado, negro como el petróleo, mirada dura pero insinuante, de un color azul grisáceo. Estaba apoyado de forma garbada en la esquina de la puerta que está enfrente de mi clase. Se veían algunas chicas mirando por las ventanitas de ambas puertas.

- Hola, bella- pronunció, sin apenas echarle voz. Me guiñó un ojo, al ver mi reacción sorprendida.
- Hasta nunca, bestia- susurré, frunciendo el ceño y enseñándole parte de mi lengua.

Apenas le eché una última ojeada mientas entraba en clase, pero pude detectar una leve risa y un pequeño asombro por parte de sus cejas alzadas.

-Aparta Niita, no nos dejas ver- chillaron las chicas de mi clase, empujándome hacia el interior y colocándose de nuevo en la ventana.

No se que tiene de especial ese chico. Desde el primer momento en que crucé palabra con él, me calló mal. Decidí desde ese entonces, cortarle todas los ataques que me hiciera con evasivas o directamente, dejar de hablarle.

“-Niita, ¿te gusta mi nueva casa?- dijo Richard sonriente, extendiendo los brazos y dando vueltas sobre si mismo
-Es bastante grande- gritó Niita, haciendo lo mismo que él.
-No estas acostumbrada a sitios amplios, ¿verdad princesa?- dijo una voz detrás de ellos

Los dos niños fijaron la vista de donde procedía la voz. Era un niño pequeño de cabello negro y ojos claros, muy claros. Estaba de brazos cruzados en la puerta de entrada, con una media sonrisa y mirando a Niita de arriba abajo.

-No… mi casa no es especialmente “grande”- se excusó ella, inclinando la cabeza hacia un lado
-Oh, pobre princesa, que ha sido desterrada de su castillo- se encogió de hombros, acercándose lentamente hacia ellos
-Como?- dijo atónita de las chorradas que soltaba el extraño- ¿Quién eres?
-Oh, perdona Niita. –se disculpó Richard- esté es Bastian, mi vecino. Bastia, ella es…
-Lo se…-le cortó Bastian, a pocos metros de ellos, sin quitar la vista de Niita- es la amiga de la que tanto hablas…Niita, ¿no?
-…Si- dijo poniéndose colorada por el comentario
-Oh…- sonríe- ¿te gusta que hablen de ti? Si quieres haré que toda la escuela hable de ti…-se inclinó hacia ella- eso si…no te aseguro que sea algo bueno”


Sigo sin saber que es lo que les dijo a todos, de todas maneras, yo misma me encerré en mi propia burbuja, y solo le abro la puerta a Chard. Es el único que no juega con mis sentimientos y me resperta.

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